Echando la vista atrás, creo que el que más me fastidia haberme perdido ha sido el de Camille. Aquí dicen que fue "insólito, encantador, libre, brillante, seductor y tremendamente original", que no es poco.
Lo curioso es que yo no conocía la existencia de esta cantante francesa hasta días antes del mencionado concierto. Creo que incluso llegué a escuchar su último disco una vez que éste había tenido lugar. De todas formas no tenía tiempo para ir. De una forma u otra, cuando lo escuché lamenté una vez más que conciertos como éste siempre coincidan con la peor época de trabajo en el exilio, porque cada vez que lo escucho me deja con la boca abierta.
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